4 factores de riesgo de las redes sociales en nuestra alimentación
Queridas/os lectoras/es, las redes sociales son parte de nuestras vidas, plataformas como Instagram, Facebook, Tiktok y Youtube han evolucionado la forma en la que nos comunicamos y también han impactado en la manera de cómo nos alimentamos. A lo largo de este artículo explicaremos 4 factores de riesgo que tienen las redes sociales en nuestra alimentación.
El internet ha abierto un mundo de posibilidades cuando se trata de acceder a información sobre alimentación y nutrición, los usuarios pueden encontrar recetas de cocina, consejos y testimonios de personas que han logrado transformaciones en su alimentación y cuerpo, creando conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada y muchas veces sirve como motivación para que las personas tomen decisiones más saludables en su vida.
Redes sociales como factores de riesgo
Sabemos que el internet y así mismo las redes tienen beneficios, pero desafortunadamente las redes sociales pueden ser factores de riesgo que influyen de manera «negativa» en nuestra alimentación. Veamos aquí algunos de esos factores:
1. Influencers que hablan de nutrición
Existe una masiva proliferación de los llamados “influencers” que hablan de nutrición en las redes sociales sin tener una formación académica en el área de medicina o nutrición, muchos son profesionistas de otras ramas y otros no tienen formación a nivel universitaria.
Esto es una problemática, puesto que muchos se presentan como expertos en nutrición y dan información errónea, sin sustento científico, dando pie a que las personas tomen decisiones que afectan su salud, como dietas restrictivas, consumo de suplementos innecesarios, estilos de vida fuera de la realidad y prácticas peligrosas para la salud, como ayunos prolongados o el consumo de medicamentos sin supervisión médica.
Es por ello necesario conocer a fondo de quién estamos recibiendo información, investigar un poco acerca de quién es y qué estudios tiene, con la finalidad de que estemos seguros de que la información está sustentada en estudios científicos y no solo en experiencias personales.
2. La perfección de la comida
Siguiendo un poco la línea de los influencers, en las redes sociales, los alimentos y comidas son un gancho para tener más seguidores y ser más popular. Nos encontramos con fotografías de alimentos con una estética impecable y apariencia apetitosa, que al recrearlas en casa no se ven igual en nuestros platos, esto nos crea sentimientos de frustración y decepción al no ser perfectos como en la fotografía de alguna red social.
El valor que le damos a los alimentos ya no se basa en sus propiedades nutrimentales, si no en sus propiedades estéticas.
Además, se incita a usar alimentos con un valor económico elevado, sugiriendo que solamente con ellos se obtendrán beneficios nutrimentales, no toman en cuenta que la mayoría de las personas no tienen posibilidades para adquirirlos, no son parte de sus costumbres y muchos son alimentos que no son originarios de sus comunidades.
3. Los alimentos buenos y malos
Es común encontrarnos en las redes sociales que algunos creadores de contenido idealizan o satanizan alimentos en forma arbitraria, les atribuyen propiedades exageradas a algunos alimentos, mientras que a otros los clasifican como lo peor que una persona puede comer.
Siendo que, en la realidad no existen alimentos con propiedades mágicas, ni hay alimentos buenos ni malos, todos nos dan beneficios en distintas proporciones, la clave siempre es la cantidad en que los consumimos y la variedad de alimentos en nuestras comidas.
4. Mucha información
La información en nutrición que se genera dentro de las redes sociales puede llegar a ser excesiva, debido a que todos los días hay un método nuevo para bajar de peso, un nuevo suplemento que te hará rendir en el ejercicio o un batido que quita la ansiedad.
Toda está avalancha interminable de información sin sustento científico puede ser un factor de riesgo (y los demás antes mencionados) para el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Tener a la mano tanta información y el uso excesivo de las redes pueden orillar a que una persona tome decisiones que afecten su salud física y mental.
Por está razón, es fundamental que el uso de las redes sociales, en niños y adolescentes sean supervisadas, para evitar que los jóvenes opten por llevar a la prácticas métodos de alimentación que pongan en peligro su salud, así como hábitos de alimentación que perjudiquen su desarrollo físico y mental.
Todo esto puedo influir de manera negativa en nuestra alimentación, haciendo que nos mal informemos, probemos cosas insanas, busquemos la perfección tanto en la comida como en nuestros cuerpos, exigirnos, autocriticarnos y/o restringirnos, asimismo puede empeorar nuestra relación con la comida y nuestro cuerpo, mermando nuestra salud mental y física.
Por consiguiente, te recomiendo buscar opciones acordes a tus necesidades, alimentos y platillos que sean accesibles para ti y que a su vez sientas satisfacción al cocinarlos; claro que puedes probar preparaciones nuevas y alimentos distintos, pero siempre y cuando no comprometan tu estabilidad y sean sustentables para ti.
No todo es malo
Y sí, no todo es malo, existe otra cara de las redes sociales, en donde podemos encontrar a verdaderos profesionales de la salud con información sustentada y científica que nos abren el panorama acerca de la nutrición.
Podemos encontrar, por ejemplo, recetas de cocina que nos ayudan a obtener más fibra en nuestra alimentación, así como señales de alarma en ciertos padecimientos a los cuales ponerles atención.
Incluso existen páginas (como esta revista y Kathartiko en general) donde se aborda la alimentación desde una perspectiva amable, sin restricciones, que a su vez motivan para llevar una alimentación de acuerdo a las necesidades físicas, emocionales y sociales; canales de YouTube con rutinas de ejercicios desde la perspectiva de celebrar nuestro cuerpo, honrarlo y motivarnos al movimiento del mismo como parte de nuestra vida.
«No todo lo que brilla es oro»
Definitivamente se puede sacar mucho provecho y beneficios de las redes sociales, solo tenemos que estar atentos/a a la información que recibimos, no nos dejemos guiar por el número de seguidores o por la popularidad porque no siempre son sinónimo de veracidad.
En conclusión, «no todo lo que brilla es oro», pero de entre el lodo podemos encontrar grandes tesoros que nos pueden sumar a nuestras vidas. Si tienes alguna experiencia que quisieras contarnos acerca de este tema, te leemos en los comentarios, siempre es grato conocer las opiniones de quienes nos leen.
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Referencias:
García Rodríguez, P. (2022). Cómo afectan las redes sociales a la imagen corporal del alumnado.
Ojeda-Martín, Á., López-Morales, M., Jáuregui-Lobera, I., & Herrero-Martín, G. (2021). Uso de redes sociales y riesgo de padecer TCA en jóvenes. Journal of negative and no positive results, 6(10), 1289-1307.
Parillo Perez, P., & Troncoso Quispe, M. G. (2019). Influencia de la red social Instagram en la percepción de la imagen corporal en adolescentes.