¿Cómo trabajar la baja tolerancia a la frustración?
¿Puedes recordar la última vez que sentiste frustración?, ¿cómo experimentaste esa sensación? Pese a que es algo que no nos gusta mucho sentir, es normal experimentar frustración en la vida. Y, a decir verdad, muchas de esas veces no sabemos cómo actuar ante ella y hacemos todo por evitarla. Por ello, hablaremos de cómo trabajar la baja tolerancia a la frustración y algunas estrategias que pueden ser de utilidad para ti. ¡Te invito a seguir leyendo!
Primero, ¿cómo sé si lo que siento es frustración?
Es una sensación que aparece cuando una persona no consigue algo que desea y es importante para ella. Generalmente, puede acompañarse de enojo, tristeza o algún otro sentimiento como: irritabilidad, desesperación, ansiedad, vacío, agobio, entre otras.
Por ejemplo: imaginemos a una persona que desea ayudar a su mamá en su movilidad porque ya es una persona de la tercera edad, para ello, quiere aprender a manejar el auto estándar de su mamá. El proceso ha sido muy complicado porque esta persona está acostumbrada a manejar transmisión automática y aparte, casi no maneja. Ha conservado con su mamá para proponer que mejor no se use el coche estándar o asignar a alguien más que maneje dicho coche, pero su mamá insiste que solo quiere ser transportada en su propio auto.
¿Si fueras esta persona cómo te sentirías?
Si estuvieras en el lugar de esa persona, quisieras lograr eso que es importante para ti, pero cuando resulta complicado y no logras ver avances, lo más probable es que sientas molestia, preocupación, ansiedad, y muy seguramente, frustración. A esto nos referimos cuando hablamos de sentirnos frustradas/os/es. ¿Va quedando más claro?
¿Cómo se percibe una baja tolerancia a la frustración?
Cuando actuamos desde una baja tolerancia a la frustración pueden percibirse cierto tipo de conductas como:
- Irritabilidad/hostilidad constante cuando no hay resultados esperados.
- Impulsividad, ocasionando toma de decisiones precipitadas.
- Impaciencia, esto no deja que el proceso se dé paso a paso.
- Dependencia para resolver conflictos.
- Evitación de la crítica y el error.
También, puede presentarse cierta tendencia a culpar a otras personas o las circunstancias por sus fracasos o deseos no satisfechos. Muchas veces la palabra “fracaso” asusta mucho a las personas que actúan con baja tolerancia a la frustración. Vale la pena destacar que, como en cualquier proceso en la vida, fracasar o equivocarse es casi que inevitable. Incluso, es necesario, para detectar cómo acercarnos más a nuestros objetivos; a partir de lo que no nos está funcionando, hacemos cambios.
Regresando al ejemplo de hace un momento, esta persona por supuesto que tendría errores al aprender a manejar transmisión estándar, tal vez problemas al coordinar los pedales, con los cambios de velocidades o coordinar todo en conjunto. Sin embargo, esta persona estaba considerando no usar el auto de su madre (aunque era importante para ella) y hasta consideró asignar a otra persona para manejar.
¿Qué tipo de conductas de baja tolerancia a la frustración de las enlistadas anteriormente detectas? ¿Recuerdas algún ejemplo propio?
Y bien, ¿qué podemos hacer para trabajarla?
Es importante tener presente que la frustración es un estado pasajero o transitorio. La psicóloga María Jesús Álava dice que frustrarnos nos ayuda a elaborar recursos, a ver cuándo acertamos y cuándo nos equivocamos, y, por ende, aprendemos.
Entonces, lo primero sería aceptar que sentimos frustración, aceptar el malestar que esta nos pueda generar. ¿Resulta incómodo? Desde luego que sí, pero al evitar sentirnos de esa forma, nos alejamos de actuar para el cambio, ese cambio que nos acercará a conseguir lo que es importante para nosotros. A esto le llamaremos: respuesta de aceptación.
Por el contrario, la respuesta de evitación consiste en rechazar lo que sentimos, justificar nuestras acciones y no nos inclina hacia el cambio.
- Para tenerlo más claro, siguiendo el ejemplo que hemos estado mencionando, la persona está optando por una respuesta de evitación al abstenerse de manejar el coche estándar porque tal vez se siente incapaz, con estrés y ansiedad por no lograr aprender. Justifica sus acciones por cómo se siente en vez de aceptar el malestar que pueda generarle las dificultades de manejar ese auto y apegarse a su objetivo. Sin embargo, se aleja de algo que es importante para ella.
Recomendaciones para una respuesta de aceptación
¿Y cómo propiciamos la respuesta de aceptación? A continuación, unas valiosas recomendaciones para poner en práctica dicha respuesta:
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Fraccionar las metas:
De poco en poco, damos pasos más firmes y seguros. Está bien establecer metas ambiciosas, pero para percibir un progreso es recomendable plantear metas más pequeñas, aunque muy significativas.
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Cambiar la perspectiva del fracaso:
Fracasar no es sinónimo de vencimiento, sino, de aprendizaje. Qué mejor que retroalimentarnos de nuestros errores y efectuar los cambios pertinentes.
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Acércate con alguien:
Es bueno platicar con alguien de confianza acerca de cómo nos sentimos y qué necesitamos; pedir ayuda es siempre una opción.
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Atrevernos pese al malestar:
Es normal sentirnos mal por no tener aquello que deseamos, pero a ese malestar, no deberíamos darle permiso de impedirnos seguir adelante; podríamos preguntarnos: ¿me voy a alejar de cosas importantes para mí por cómo me siento?
¿Cuáles son algunas de las consecuencias de no trabajar la baja tolerancia a la frustración?
Cuando trabajamos en aceptar la frustración nos permitimos hacer modificaciones de aquello que nos parece desagradable o disfuncional, y, por ende, nos convertirnos en una versión que va más alineada a lo que deseamos ser y hacer.
Pero, ¿y si no hacemos esos cambios? ¿qué cosas podrían pasar?
- Nos limitamos y no logramos lo que queremos.
- Nos aleja de personas y oportunidades (como recibir ayuda o recursos para resolver lo que necesitemos).
- Genera baja capacidad de adaptabilidad a las adversidades.
- No se fortalece la flexibilidad cognitiva (nos volvemos muy rígidos/as mentalmente).
- Evitamos una experiencia de aprendizaje.
- Persistencia de estados emocionales desagradables.
Todos estos puntos, podrían propiciarse si elegimos una respuesta de evitación, pues esta, genera una baja tolerancia a la frustración.
Recapitulando…
Puede decirse que una baja tolerancia a la frustración sucede cuando elegimos una respuesta de evitación en vez de una aceptación; esa que nos aleja de lo que queremos hacer y ser, como se mencionaba anteriormente.
Resulta mucho más sencillo pero no sano, justificar nuestras conductas con las emociones desagradables que sintamos y evadir las molestias de efectuar cambios para tomar un camino distinto. Ese otro camino implicaría aceptar el escenario en el que se está: uno que nos muestra que no hemos logrado lo que queremos, y que nos invita, a enfocar nuestras acciones hacia resolver lo que no nos funciona; a tener disposición pese a la frustración.
No es fácil, porque implica avanzar con miedo y/o incomodidad. Pero, la frustración, será esta señal para alinearnos con lo que es importante para uno/a mismo/a.
Finalmente, te agradezco mucho tu lectura y espero te haya sido de utilidad esta información. Si tienes alguna duda o comentario, te invitamos a contactarnos a través de nuestras redes sociales o número de WhatsApp, ¡espero encontrarnos de nuevo!
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Referencias:
Aprendemos Juntos 2030. (10 de septiembre de 2018). «La educación es la llave del conocimiento y la antesala de la felicidad». Mª Jesús Álava. [Archivo de vídeo]. YouTube.
Castillero, O. (6 de septiembre de 2018). Baja tolerancia a la frustración: cómo aparece y qué hacer frente a ella. Psicología y Mente.
Diálogos en Confianza. (3 de agosto de 2022). ¿Cómo superar la frustración? [Archivo de vídeo]. YouTube.
Facultad de Psicología. (8 de mayo de 2022). Trabajemos en la tolerancia a la frustración. Gaceta UNAM.
Rodríguez, E. (12 de julio de 2016). ¿Qué es la frustración y cómo afecta nuestra vida? Psicología y Mente.