¿Será que venimos a sufrir a este valle de lágrimas?
¿Has sufrido alguna vez en tu vida? ¿Has tenido momentos complicados que te han generado sufrimiento?
Todos en este mundo (no sé si en los otros) hemos pasado alguna vez por momentos difíciles, por cosas que nos han dolido muchísimo; de la misma forma, hemos visto sufrir a personas cercanas, y por supuesto hemos aprendido a evitar el sufrimiento a toda costa, porque seamos realistas ¿a quién le gusta sufrir? ¡Claro! hay algunas personas a las que nos gusta la sensación de las complicaciones y el drama que las acompaña, pero no creo que a muchas nos guste ir por la vida buscando el sufrimiento. Con esto me surge esta pregunta ¿será que venimos a sufrir a este valle de lágrimas?
¿Qué es el sufrimiento?
Por un momento pensé que no era necesario definir nuestro concepto del día de hoy, pero aunque todos alguna vez hemos sufrido, tal vez por cosas diferentes, no está de más aclarar a qué nos referimos con sufrimiento.
Este es un estado afectivo, cognitivo, complejo y universal al que lo consideramos negativo por todas las sensaciones y reacciones emocionales desagradables que experimentamos, cuando sufrimos sentimos una amenaza a nuestra integridad, sentimientos de impotencia para hacer frente a dicha amenaza y por consecuencia agotamiento de los recursos personales y psicosociales que nos permite afrontarla (Chapman y Gravin, 1993).
Es por ello, que al ser tan amenazante y agotadora no nos gusta sufrir, no nos hace la vida fácil.
Bienestar y sufrimiento
Es totalmente normal que busquemos el bienestar, el placer y que evitemos el dolor porque es parte de la naturaleza del ser humano. La manera en que nosotros vemos el sufrimiento y emociones y pensamientos desagradables tiene una base en nuestra cultura, debido a que por mucho tiempo y por todos lados nos han dicho que sufrir es algo “no natural”, que si sufres no estás haciendo las cosas bien. Hemos estado por muchos años obsesionados con el positivismo tanto de emociones como de pensamientos, así como, una obsesión desmedida e irracional sobre el bienestar. El bienestar se ha convertido en lo “normal”, y se rechaza todo lo que parezca lo contrario, como el sufrimiento.
Como escribió Alma, corazón y vida (2015) desde muy pequeños(as) nos enseñan a rechazar el sufrimiento, reprimirlo, medicarlo, a buscar soluciones rápidas y fáciles para deshacernos de él. Lo percibimos como la interrupción de nuestro viaje a la felicidad. Y justamente hablando de felicidad, nos han vendido que ese es nuestro objetivo en la vida: ser felices, pero de una manera utópica, inflexible que niega la realidad.