La pieza clave: validar las emociones
En un abrir y cerrar de ojos, el reloj de arena poco a poco se agota, viviremos diferentes circunstancias, habrá nuevos integrantes, a otros los echaremos de menos, pero de igual manera, la hora para aceptar que ya pasó un año más, habrá llegado. Ahora la pieza clave no solo es reflexionar, sino validar las emociones que te acompañaron durante meses.
Y como diría la canción, otra vez el champagne, y las uvas ya están listas para admirar la cuenta regresiva en donde un sin fin de sensaciones podrán venir a ti con cada campanada, en donde la ilusión de dar la bienvenida a ese 2021, no será la excepción.
Admiremos lo que tenemos
Tal vez durante todo este año ya hemos hecho el balance de lo bueno y malo, o a lo mejor aún seguimos poniendo todo sobre la balanza y al momento de ponernos a pensar detalladamente en lo que hemos vivido, pareciera más fácil ver lo que perdimos, lo que no terminamos de hacer, o lo que hubiéramos querido hacer pero no hicimos, en vez de admirar lo que tenemos hoy y aplaudir lo que sí logramos por más mínimo que sea.
Esta autocrítica es muy normal en el ser humano ya que estamos en constante competencia y necesidad de sobresalir, o de tan solo sobrevivir. Y más si venimos de un año con múltiples cambios y adaptaciones, en el cual no solo había que ponerle atención a esa autorrealización, sino también a cuidar nuestro organismo.
¡2021!
Sin lugar a duda, estamos por terminar un año universalmente asombroso, pues nuestras emociones estuvieron a flor de piel y desde el año pasado algunes nos descubrimos más vulnerables que nunca al estar expuestos con algo que era tan natural y espontáneo como darnos la mano, un beso o un abrazo.
Y es que, una emoción se puede producir ante cualquier evento, como el hecho de sentir miedo al saber que te puedes contagiar de un virus sin cura, la desesperación de perder a alguien o algo de la noche a la mañana, la incertidumbre de no saber cuándo todo volverá a la normalidad, o la frustración de no sentirte competente al no encontrar un nuevo trabajo.
¿Qué te parece si le damos clic al botón rebobinar de la única película televisada de este año?, esa de la que todes fuimos protagonistas: “El viral 20-21”, y mencionamos todas las emociones que experimentamos. Ya lo sé, suena irónico quedarte sin palabras cuando tienes que exponerlas, ¡si bien que las viviste! Sentir ira, alegría, tristeza o entusiasmo es algo muy válido y lleno de sentido, estas emociones son parte del desarrollo evolutivo de nuestra especie y aunque hayamos aprendido desde chiquitos(as) que es “incorrecto” llorar y estar triste, esas lágrimas cumplen una función en nuestro bienestar.
¿Y cómo llorar contribuye a nuestra salud?
Químicamente, las lágrimas liberan prolactina, un analgésico natural que reduce el estrés y calma el dolor. Por otro lado, cuando buscamos definir una emoción, llorar ayuda a transformar lo que se está sintiendo en algo tangible y más fácil de superar. Al fin de cuentas, toda emoción tiene una función adaptativa en nuestra vida diaria, y la podremos ver expresada en nuestras reacciones corporales, como el sudar cuando estas nervioso, y conductuales, al correr para alejarte del peligro.
Validar las emociones es fundamental para mantener un equilibrio en nuestra salud mental, y significa atravesar un proceso de aprendizaje, entendimiento y expresión, como, el momento de aceptar la experiencia de estar triste por vivir una pérdida. Para esto, es importante aclarar que dicha validación implica una estrategia de cambio que requiere un diálogo que propicia la aceptación. Te dirás qué eso no suena para nada sencillo, y tienes razón, así que te lo pondré de la suguiente manera.
¿Alguna vez has dicho las frases: “que torpe soy”, “ay no, me van a matar mis papás”, “el que se enoja pierde”, “no pasa nada” al cometer un error? Todas estas frases son reacciones automáticas producidas por nuestras emociones y tal vez tu intención solo es liberarte de la situación desagradable, o ayudar a que la otra persona se calme, pero también puede ser contraproducente al estar ignorando e invalidando lo que se está sintiendo. Claro que es válido enojarse, pero para esto identifica y acepta realmente la emoción que estás experimentando, demuéstrala sin lastimar a nadie y háblate bonito siendo compasivo(a) en tu diálogo.
Reflexiones antes de cerrar el año
Continuando con ese estreno mundial del 20-21, otros eventos fueron las restricciones sanitarias, la modificación de planes, la inestabilidad física, mental, económica y social, en donde el enojo, la nostalgia, el miedo, la angustia o la ansiedad estuvieron muy presentes, emociones que por conocerse negativas no son fáciles de expresar, así que, para esto, te agrego unas cuantas reflexiones más antes de cerrar tu año:
- Comencemos reconociendo que estamos viviendo una nueva era, y que la percepción de cada persona se basa en su historia y contexto actual, lo que a mí me funciona o duele, a ti tal vez no, y por eso, no se vale decir si está bien o está mal lo que sienten los demás.
- Sin pensar en lo que dirán, o sin esconder lo que ves en el espejo aceptemos que llorar o hablar alivia y nos hace más fuertes. Si es dificil expresarlo con alguien más puedes comenzar contigo, escribiendo notas, cartas, o interactuando en algún podcast o revista digital, pero alza la voz y escucha tu propio eco.
- Una vez que logres detectar eso que te está lastimando, no le restes importancia y no lo desprecies. Por el contrario respétalo y elige tus palabras hacia ti y hacia los(as) demás.
Recordemos que nada de esto es fácil, pero al igual que practicar yoga, considerar estos puntos en tu actuar, es para los que están dispuestos(as) a sanar su salud mental.
Antes de terminar, ¿qué hacemos con todo ese coctel de emociones que nacen con los logros o fracasos obtenidos?
Gracias a esta validación, reconoce lo mucho que significa lo que hiciste, que esas emociones no surgieron de la nada, que no tienes que pedir perdón por cómo te sientes o por hacer sentir incómodo a los demás con tus lágrimas, por no tener un futuro planeado, por tener dudas en tu identidad o con lo que has hecho; no seas tan duro(a) si perdiste, pues eso no estaba totalmente en tu control. Y, acepta lo que estás sintiendo en este preciso momento y busca cómo puedes honrar tus emociones con tus acciones en este nuevo comienzo.
Si ya validaste las emociones que estuvieron a flor de piel durante este asombroso 20-21, y aún no sabes cómo honrarlas o por dónde comenzar con esta nueva oportunidad, te recomiendo este grandioso artículo para que, en conjunto, tomes el protagónico de tu vida.
Ahora sí, volvamos a la cuenta atrás, pero esta vez no solo para que abraces tus emociones, medites cada uno de tus propósitos o que valores la belleza de vivir el presente, sino para que respires hondo y profundo, y te tengas mucha paciencia por si aún no tienes claro lo que está por venir. Cuando tú decidas que tu proceso de entendimiento está listo, la vida y todo lo que en ella para ti signifique, fluirá.
Y a pesar de todo eso que se nos fue, como cantarían muchos artistas, no olvides el año viejo, porque nos ha dejado cosas muy buenas… cosas muy bonitas. ¡Hasta pronto 2021!
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Referencias:
Argento, F. (2011). Fin de año: cómo enfrentar la tristeza y la alegría que trae el cierre de un ciclo. Buena Vibra.
Montaño Grullón, L. (2018). Cierre de año, cierre de ciclos. Santo Domingo: Listin Diario.
Muy interesante (2018). ¿Qué pasa en tu cuerpo cuando te enojas?
Varilux (s.f.) Llorar es bueno: 5 beneficios saludables de las lágrimas.
Servicio de Salud O´Higgins. (2020). ¿Qué son las emociones negativas y cómo lidiar con ellas durante la Pandemia? Chile.
Quintero, P. J. (2015). Validación ¿qué es y cómo practicarla? Argentina: Psyciencia.