Se llama amor propio, no egoísmo
¿Cuántas veces te has sentido egoísta por pensar primero en ti?, o ¿te han llamado egoísta por no acceder a algo que no querías? o simplemente ¿te han dicho que primero tienes que ver por los demás?
Implícitamente o explícitamente aprendimos que tenemos que evitar a toda costa ser egoístas ¡Y sí!, puede que no sea tan idóneo ir por la vida siendo así, pero hay una diferencia aunque parezca sutil entre el amor propio y el egoísmo.
Antes de seguir es fundamental a clarar qué es el amor propio: ésta es una palabra que se construyó en lo social, más que en lo psicológico y va más allá de ponernos una mascarilla y tomarnos un vino. Habla de la aceptación de quiénes somos, de cómo somos y además, es un conjunto de actividades de autocuidado. Tal vez en otro artículo profundizaremos qué es y lo que implica, pero por ahora contestemos a la pregunta:
¿El amor propio es igual a ser una persona egoísta?
¿Egoísmo o amor propio?
Pongamos ejemplos, una persona egoísta dice que “no” a algo, sin importarle lo qué piense, opine o quiera la otra persona, no se tiene empatía y no hay posibilidad de acuerdos; y por el contrario, una persona que se ama a sí misma, va a decir que “no”, pero en su decisión ya consideró algunas opiniones, trata de mediar y ser empática, pero es muy importante elegir lo que ella quiere y no traicionar sus ideales y valores. Decide lo que es importante para ella, sin lastimar de manera intencional, pero dejando de lado la aprobación de los demás.
La persona egoísta exclusivamente piensa en ella, pensar en nosotros no está mal, pero cuando sé es egoísta no importa pasar por encima de los demás y lastimar a las personas. Por otro lado, la persona que cultiva su “amor propio”, piensa en ella como una prioridad, pero no pasaría por encima de nadie ni tendría el objetivo de lastimar a los demás. Eso sí, nada es excluyente, puedes ser una personas que cultiva su amor propio pero a la vez egoísta, por eso es importante la autocrítica y el cuestionamiento.
Para contestar LA pregunta, no, no es lo mismo una persona egoísta que una persona que cultiva el amor propio. Y ya que sabemos la diferencia entre el egoísmo y el amor propio, te voy a platicar por qué es importante entender esto.
Las culpas y el quemarte
Muchos consultantes llegan al consultorio desgastados y llenos de culpas. Con pensamientos como: “no hago eso por mí, porque es egoísta”, “no puedo decirle que no, porque me siento culpable”, “primero están mis hijos/as y mi esposo/a, que yo”.
Esto ocasiona en los consultantes un quiebre con ellos mismos, sintiendo desgaste, enojo y hartazgo, afectado todas las áreas de la vida y sus relaciones personales. Dejar de hacer las cosas que nos gustan o que queremos o hacer cosas por culpa o evitar la misma, ocasiona entre muchas cosas tristeza y apatía, y muchas veces depresión y ansiedad.
Hay más consecuencias de no hacer lo que queremos, de no hacer cosas para nosotros y vivir para el otro. Una vida sin sentido, dolorosa y de mucho cansancio es un resumen de lo que puede pasar.
Y es que ¿cuántos de nosotros hemos escuchado que los demás son más importantes?, ¿a cuántos de nosotros nos han hecho sentir culpables por hacer cosas para nosotros mismos?
Sería significativo comenzar a cambiar esa concepción y tomarnos como prioridad, nosotros estamos primero; si tú estás bien, lo demás es muy probable que también. Y no está mal que quieras darte tiempo para ti, ir hacer algo solo/a, decir que no a algo que no quieres hacer o a veces dejar a tus hijos/as sin tu presencia.
Mi recomendación es justamente reconocer esa culpa que tanto problema nos da, entenderla, abrazarla, no evitarla y trabajar nuestras acciones a partir de ella. Puede ser el comienzo para reencontrarte contigo y sentir mayor seguridad.
¿Cómo comienzo?
Esto es poco a poco y tómalo así, vamos a ir lento y paso a paso, a tu tiempo. Aquí te dejo algunas reflexiones:
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Cuestiona tus creencias (muchas de ellas), por ejemplo:
“Tú no puedes hacer nada por ti, sin antes dejar todo listo para los demás”. Al contrario recordarte que hacer cosas por ti, te va ayudar en todos los aspectos, te hará más feliz.
“El que dirán”: “dirán que soy mala madre”, “van a decir que soy la peor pareja”. Comienza a vivir más en ti y para ti, haz las cosas porque quieres hacerlas y porque son importantes para ti y no por obligación o por un deber. Cuestionar es la respuesta.
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Desempolva “la caja del amor propio”
y tómate el tiempo de recordar qué te apasiona, qué te gusta hacer, qué quieres hacer, qué te ayuda a disminuir el estrés y ponlo en práctica, sin importar si los trastes están limpios o tienes mucha ropa sucia. Y pide a tu red de apoyo, eso, apoyo para respetar tus espacios y tus decisiones ¡Haz cosas por ti y para ti! ¡Tú eres tu no negociable!
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Reflexiona sobre aquello que no haces por estar preocupada/o por los demás.
Analiza aquello qué quisieras hacer y por qué no lo estás haciendo. Es momento de por supuesto, poner tus prioridades y en esa lista no te olvides a ti. Comienza a reflexionar ¿cuál es la vida que tu quieres?
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Deja de evitar la culpa.
Aquí no queremos guardar ninguna emoción, porque aparte no se puede, nosotros no controlamos lo que sentimos, lo que sí es que podemos gestionar nuestras acciones, lo que hacemos por sentir culpa o lo que hacemos por evitarla.
¿Qué? ¿cómo así que sentir y ya? Bueno, cuando nosotros aprendamos a dejar de evitar el malestar, la incomodidad, el conflicto, la culpa; cuando dejemos de querer quitarnos lo que sentimos vamos a tener más oportunidad de enfrentar y tomar decisiones más orientadas a la vida que queremos, no solo decisiones por “no sentir”.
La culpa nos genera mucho malestar, por eso mejor terminamos haciendo lo que la gente quiere, espera o pide. Pensamos que es menos malestar acceder y olvidarnos de nosotros y de nuestros deseos, pero si nos podemos analizar en realidad es prolongar el malestar y el rechazo hacía nosotros.
En conclusión
Todo esto no quiere decir que te vuelvas egoísta, esto quiere decir que comerte tu comida favorita, en vez de la de los demás, no te tiene porque generar culpa, estaría bien que te genere placer.
La reflexión de todo esto es que puede que haya culpa por ponernos primero a nosotros mismos, pero esa culpa es muchas veces desarrollada por nuestros pensamientos o lo que escuchamos, pero no necesariamente es la realidad. Muchas veces sentimos culpa de cosas que no están mal.
Amarse implica querernos a nosotros y procurarnos primero para que podamos estar bien en todos los aspectos. Y acordarse siempre que hacer cosas por nosotros no es egoísmo, es AMOR PROPIO.
Te invito a que nos platiques si alguna vez te has sentido culpable por ponerte como prioridad, te recuerdo que me puedes escribirme a palomapalacios@kathartiko.com Si tienes alguna duda o quisieras dar ese primer paso de asistir a psicoterapia online con nosotras dale clic a este link: https://kathartiko.com/agenda-tu-cita/ También puedes escribirnos a: https://wa.me/message/XZPODPTFT4MTI1
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