¿Cómo impacta la violencia en el aprendizaje? | Psicología

Hoy vamos a hablar de un concepto totalmente contrario a la educación positiva; la violencia y su impacto en la educación ¿que tanto nos afecta la violencia en el aprendizaje?

La violencia existe desde que evolucionamos, desde la perspectiva de las ciencias médicas, neurológicas y psicológicas se ha buscado cuáles son los factores predominantes que propician la violencia y hemos encontrado algunas cosas que a continuación discutimos.

Conductas violentas

Las conductas violentas son todas aquellas conductas que pretenden infligir daño al otro ya sea premeditado o impulsivo y busca normalmente sacar a la persona de un lugar amenazante, se presentan en diferentes niveles, desde el abuso doméstico hasta el crimen en las calles u homicidio. Según las estadísticas del INEGI en México una de las causas de muerte principales en adultos jóvenes (de 15 a 29 años) son las conductas violentas (agresiones y accidentes) (INEGI, 2019).

Foto por Anderson Rian en Unsplash

En México y otras ciudades de Latinoamérica no es raro este fenómeno, nuestra calidad de vida se ve disminuida por el impacto que tiene el miedo constante a ser víctimas del crimen en sus diferentes manifestaciones y pasa a ser un factor muy presente en muchas áreas de nuestra vida, afectando la forma en que nos relacionamos con los demás, cómo nos vestimos, las horas que salimos, cómo vamos al trabajo y dónde, eso sin contar el papel del género.

Los estudios en diferentes disciplinas han buscado identificar los factores involucrados en la violencia, desde mecanismos sociales, biológicos y genéticos, que tienen un papel decisivo en la configuración del libre albedrío, la idea es entender el fenómeno de la violencia y sus implicaciones (Ostrosky, 2011).

Violencia vs. agresión

Desde el lenguaje común se entiende a la violencia y la agresión como sinónimos, pero la distinción de estás dos quizás esté en su función adaptativa. Una forma de hacer esta distinción es entender “la agresión benigna” como una reacción espontánea y breve para protegernos del peligro que nos acecha, y en distinción con la agresión “maligna” que se ejerce por el deseo de dañar, que sólo se observa en humanos y algunas pocas especies animales.

Algunos animales atacan más cuando están asustados, y los animales herbívoros suelen tener conductas violentas sin propósito, en mayor número que los depredadores, bueno Konrad Lorenz famoso biólogo explica que esto es a falta de rituales para demostrar sumisión, o rendición, que están muy bien desarrolladas en los segundos. Otro ejemplo es que los animales grandes no suelen ser agresivos, pues se sienten poco amenazados, así como Aquiles un gigante de los pirineos que rara vez muestra sus dientes para algo más que comer pan.

En cambio “Los más violentos son los que viven en campo abierto, como los babuinos y macacos, pues sus posibilidades de escapar del ataque de un felino son mínimas», dice Pawlowski (en muy interesante).

Implicaciones en la educación

La tecnología actual en el campo de la neurología y neuropsicología nos ha permitido conocer correlatos neuronales como la corteza prefrontal, lóbulos temporales, ganglios basales, implicados en la conducta impulsiva, como falta de planificación, inteligencia social, toma de decisiones, que son muy relacionadas con las conductas violentas (Atenea, Mattew, Fulwiler y Gansler 2011).

Foto por Christian Lue en Unsplash

Esto tiene implicaciones importantes en la educación y la pedagogía, pues se entiende que la conducta violenta tiene una correlación con un pasado violento que afecta la manera de aprender y relacionarse con el aprendizaje, y las relaciones interpersonales posteriores, lo que se complica con el avance de las etapas de la vida, un niño en constante estrés es poco probable que aprenda, por lo que la experiencia de educación se vuelve negativa y terminan abandonando si tuvieron la oportunidad de acceder a la educación.

Se proponen aspectos a tener en cuenta en los procesos de una intervención integral, es decir una intervención en varios niveles y con ayuda de diferentes profesionales con el fin de minimizar los daños generados a nivel familiar, social e individual.

Aspectos fundamentales

Hurtado, C. A. & Serna A. J. (2012) que concuerdan con las investigaciones en aspectos fundamentales que impactan la conducta violenta y el aprendizaje estos factores se pueden resumir en:

• La forma de educación en la familia:

Foto por Myles Tan en Unsplash

como núcleo principal de los primeros comportamientos, donde la convivencia sana permita conocer las formas de enseñanza y modificar las que sean poco adaptativas para así generalizar a otros contextos, recordemos que la mejor forma de aprender en familia es con aprendizaje positivo y no a través del castigo.

• La escuela como segundo momento de formación:

en donde los comportamientos aprendidos durante la formación en casa se refuercen a través de los docentes, personal administrativo, estudiantes y familiares y poner atención especial en la solución de conflictos esto a través de figuras capacitadas como el psicólogo escolar, buscamos que las habilidades de solución de conflictos sean utilizadas antes que las conductas violentas.

• Centros de salud y asistencia social:

estos como lugares donde se fomenten prácticas de solución de conflictos con el diálogo y el asertividad, el manejo adecuado de expresión la activación emocional se regule además de llevar a decisiones de mejora de vida.

• Grupos de apoyo:

para las personas que ya hayan sido victimas de violencia y que necesiten ayuda profesional, ya sea grupal o individual, con el objetivo de compartir experiencias emocionales que sean similares y así compartir estrategias de afrontamiento. Aquí te invitamos a Kathartiko si tú o algún conocido ha tenido alguna experiencia de violencia que ha afectado su calidad de vida.

• Programas de rehabilitación funcional:

que integren a especialistas como los neuropsicólogos, psiquiatras, psicólogos de trauma, en los planes de tratamiento tipo integral, y mejorar la forma de vida de las personas afectadas desde una visión especializada.

Estos puntos son fundamentales para reacondicionar la vida social cotidiana, con el objetivo de que los conflictos presentes se resuelvan con una sana convivencia y para aquellos que han sufrido las consecuencias de las conductas violentas tengan intervenciones de calidad para adaptarse de nuevo a su contexto.

Si buscas más información al respecto no dudes consultarnos mi nombre es Arturo de la Vega psicólogo y psicoterapeuta y estaré encantado de responderte, en caso de necesitar ayuda terapéutica no dudes contactar al equipo de KATHARTIKO y agendar una cita, un abrazo y nos leemos luego.

Si deseas apartar tu cita de psicoterapia online dale clic a este link: https://wa.me/message/XZPODPTFT4MTI1

Eres docente o tienes una institución escolar u universidad y quieres que un asesor te contacte para conocer como podemos ayudarte a cuidar la salud mental y bienestar emocional de tu comunidad estudiantil dale clic aquí:

¡Clic aquí para que me contacte un asesor!

Te pueden interesar los siguientes artículos:

La creatividad: forma flexible de aprender en las aulas

Aprendizaje y actividad física

Tips para mejorar hábitos de estudio

Referencias:

Hurtado, C. A. & Serna A. J. (2012, 24 de julio). Neuropsicología de la violencia. Revista PsicologiaCientifica.com, 14(14).

Ostrosky, F. (2011). Mentes asesinas la violencia en tu cerebro. (2011)

Psicoterapeutas.com (2016). Criterios del DSM-5 para el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Sanz, E. (s.f.). Violencia animal sorprendente. Revista muy interesante.