Repercusiones neuropsicológicas de la violencia en mujeres y niñas
Seguramente te preguntarás por qué es importante seguir hablando de violencia si ya hay tanta información sobre lo que es o no es, de cómo debemos prevenirla y de las altas cifras de feminicidios existentes en México y el mundo entero. Sin embargo, en esta ocasión no sólo queremos exponer lo que ya se sabe, sino voltear a ver aquello que está fuera del reflector: las repercusiones neuropsicológicas de la violencia en las mujeres y niñas.
¡Sí, así como lo oyes! La violencia tiene un alcance tan alto, que a su paso no sólo deja secuelas físicas sino también severos daños cognitivos y emocionales. Por esta razón, se ha vuelto NECESARIO visibilizar y sumar esfuerzos para evaluar, atender y rehabilitar a las millones de víctimas que necesitan recuperar su funcionalidad y bienestar emocional.
Y como lo dice el dicho: “cuando el conocimiento crece la oportunidad aparece”, así que entre más conozcamos y nos involucremos en este tema, mejores alternativas surgirán para erradicar este fenómeno que cada vez se arraiga más a nuestra cultura.
Salud mental, ¿qué implica?
Pero antes de hablar de repercusiones, ¿qué implica tener una buena salud mental? Según la OMS (2018) la salud mental se define como un estado de completo bienestar físico, emocional y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades.
En el caso de las mujeres y niñas violentadas, se ha observado que una o todas las esferas que conforman a la salud mental, se ven afectadas a causa del maltrato físico y/o psicológico. Y aunque no todas desarrollan un perfil neuropsicológico específico debido a las diferencias en las características de la agresión, de la personalidad y capacidad de superar circunstancias traumáticas (resiliencia) de la víctima, el contexto en el que se produjo el evento, los factores culturales y económicos e incluso de las redes de apoyo disponibles; SÍ se ha encontrado una tendencia al desarrollo de ciertas conductas físicas y emocionales a causa de un factor en común: los altos niveles de cortisol que produce la violencia.
El cortisol es mejor conocido como “la hormona del estrés”. Si bien, nuestro cuerpo está preparado para manejar el estrés y reaccionar únicamente ante situaciones de amenaza o peligro; con las víctimas de violencia se mantiene todo el tiempo activado debido al constante maltrato al que son sometidas, provocando de esta manera serios daños en el organismo.
Repercusiones neuropsicológicas
Y además de estos cambios en la fisiología del cerebro que afectan directamente el funcionamiento de la persona, debido a todas las repercusiones que el propio estrés acarrea, también se ha encontrado que existen otros trastornos relacionados con la violencia como:
-
Trastornos del sueño:
Presentan dificultad para conciliar el sueño y cuando al fin lo logran, hay pesadillas que reviven el maltrato, provocando que despierten con sensación de cansancio e irritabilidad. O por el contrario pueden generar una tendencia a quedarse dormidas cuando deberían estar despiertas, a veces con la intención de no hacer contacto con su realidad o con los recuerdos del evento que sufrieron.
Muestran desajustes en sus hábitos alimenticios y pueden generar comportamientos compulsivos con la comida, es decir, consumen más alimentos de lo normal, incluso cuando no tienen apetito. O bien, no alcanzan los requerimientos nutricionales mínimos. Esta sintomatología está asociada a la imposición de patrones de belleza, a la presión del agresor por bajar o subir de peso y la baja autoestima de las víctimas, desesperanza, entre otras.
-
Trastornos emocionales:
Desarrollan alteraciones emocionales como: temor, enojo, tristeza, desconfianza hacia quienes las rodean, sentimientos de culpa por no “atreverse a actuar”, por no haber denunciado de manera oportuna o porque consideran que ellas mismas fueron quienes promovieron la agresión. Estas emociones generan importantes cambios en el sistema de creencias, tales como: que el mundo no es seguro, que todos los hombres son malos, que fue su culpa o que la felicidad no existe.
Experimentan tristeza profunda por lo sucedido, llanto fácil ante cualquier estímulo, especialmente cuando se trata de evocar recuerdos del evento traumático. Constantemente tienen pensamientos negativos y desesperanza, sienten que nada ni nadie podrá hacer que superen lo que vivieron y permanecer en este estado de sufrimiento es imposible de lidiar, lo que en ocasiones genera conductas de riesgo como: intento de suicidio, cutting (autolesiones en el cuerpo) o abuso de sustancias, entre otros.
Sienten angustia y preocupación excesiva de que vuelva a suceder la agresión, los pensamientos de culpabilidad, la futurización y el miedo se vuelven recurrentes e involuntarios, se sobresaltan y se desbordan ante cualquier hecho relacionado al maltrato.
-
Trastorno de estrés post traumático:
Presentan imposibilidad para recuperarse del evento traumático, siempre están alerta, evitan lugares, actividades o personas que le recuerden lo sucedido, tienen sueños perturbadores o pesadillas relacionados con maltrato, ante cualquier detonante reviven su experiencia una y otra vez.
Como te darás cuenta, la violencia de género va mucho más allá que un golpe, que un descalificativo o que un abuso. El maltrato desequilibra TODOS los ámbitos de la persona, generando cambios físicos, emocionales y cognitivos.
Lo más lamentable es que las leyes de algunos países NO reconocen la gravedad de estas repercusiones y por lo tanto existen pocos o ningún protocolo de atención, que genere un diagnóstico integral donde incluyan las secuelas neuropsicológicas a causa del maltrato.
Evaluación e intervención adecuadas
Una adecuada evaluación e intervención sin duda sería un paso gigante en el tema de la erradicación de la violencia y sus secuelas, pues de esta manera tan objetiva podríamos visibilizar las repercusiones neuropsicológicas que al afectar el funcionamiento y productividad de las personas, también generan un impacto en la familia, economía, educación, y sociedad en general.
Aquí te dejamos un enlace con directorios de lugares donde puedes pedir ayuda, en caso de que estés sufriendo violencia o si conoces a alguien que la este sufriendo:
En Kathartiko contamos con servicios psicológicos confiables y accesibles para ti, para tus familiares, amigas(os) o conocidas(os). No olvides que una adecuada salud mental nos fortalece, nos equilibra y nos empodera para hacer frente a esas situaciones que parecen difíciles o imposibles de solucionar.
Con gusto puedes escribirnos a andreaarteaga@kathartiko.com si deseas recibir más información o platicarnos tu experiencia. Recuerda que tu testimonio se mantendrá a salvo y no será expuesto bajo ningún fin pero sobre todo, que nuestro principal interés es escucharte y que sepas no estás sola(o).
Te estaré esperando. ¡Hasta la próxima!
Si deseas apartar tu cita de psicoterapia online dale clic a este link: https://wa.me/message/XZPODPTFT4MTI1
Te pueden interesar los siguientes artículos:
Prevenir para no lamentar: los efectos psicológicos de la violencia
Conoce nuestro Tik tok:
@kathartiko La violencia no solo se presenta con golpes☝🏽 #violenciadegenero #Psicología #saludmental #niunamenos #mujereslibresyseguras
Escucha nuestro podcast “A mí también”
Disponible en Spotify, Ivoox, Youtube, Twitch y Facebook
Referencias:
Aparicio, S. (2005). Cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo. El Mundo,
Olvera, S. (2020). Balance sobre la violencia contra las mujeres. AMECO Press.
Martínez, A. (2019). Efectos de la violencia de género en las víctimas. Revista digital INESEM.