¿Qué hago con la incertidumbre?

Para el presente artículo hemos decidido acercarnos al tema de la emergencia de salud en la que nos encontramos desde el mundo psíquico, pues creemos que vivimos cambios drásticos en nuestra manera de pensar y sentir la vida, sobre todo porque a partir de esta emergencia, se fractura el espacio de normalidad construido hasta ahora.

 

Te invitamos a escuchar el audio de la transmisión en vivo donde se habló de este tema.

Con la propagación del virus Covid-19 comienzan a darse violentas sacudidas en la lógica económica, en lo social y cultural, y en tanto estos ámbitos organizan la forma en que vivimos, comienzan a darse efectos psicológicos particulares. Y entonces comenzamos a ver que las personas sufren modos específicos de ansiedad, ataques de pánico, depresiones y momentos de angustia que aparecen ante la incertidumbre que vivimos.

Incertidumbre porque la manera en que vivíamos ha cambiado drásticamente: los cambios en trabajos, escuelas, en la manera de divertirnos, de descansar, de hacer las compras nos dejan con temor a ¿qué va a pasar?, ahora ¿qué vamos a hacer?, ¿cómo vamos a continuar con nuestra vida normal?, y más importante ¿regresaremos a eso que era normal? Muchas preguntas aparecen dejando un rastro de miedo y angustia, a la par de los contagios y muertes que vemos en nuestro país y en otros. Con esto, la exigencia de cuarentena propone otra forma de vivir, momentánea pero incómoda.

Foto por Jeremy Bishop en Unsplash

Así, es importante pensar estos temas que comienzan a aparecer, para darles claridad y para pensarlos, sentirlos e imprimirles un nuevo sentido. La incertidumbre aparece porque el panorama lo trae consigo, desde el virus, que no terminamos por comprender su funcionamiento y cura; hasta los cambios en los empleos y la forma de andar en la vida, que se ajustan a un encierro para procurar nuestro cuidado.

Y es a partir de esto que surge la angustia, la ansiedad, el miedo, el estrés, la depresión, etc. Ésta aparece ante momentos de desorganización, pues como seres humanos necesitamos pensarnos y sentirnos desde bases organizadas, previsibles y coherentes, esto nos ayuda a protegernos de la parte imprevisible de la vida. Y cuando esta lógica de organización y previsibilidad falta, la incertidumbre llega con todo su peso y genera mucha angustia.

Pero es importante entender dos cosas: 1) que la incertidumbre se encuentra en la vida, es esencial del vivir, tal vez han escuchado decir: “si Dios quiere” o “a saber que depare el futuro”, donde el vox populi refleja esto, pues sabemos que no conocemos el resultado final de nuestra existencia; 2) que a pesar de la incertidumbre podemos vivir, lo hemos hecho desde tiempos inmemoriales, después de cada evento terrible, personal o social, recobramos parte de la organización, de la lógica y coherencia para continuar nuestro andar. Con esto quiero resaltar que, en nuestra vida hemos experimentado muchos momentos de incertidumbre y hemos sido capaces de superarlos, lo importante ahora es reflexionar en algunas estrategias para salir de la incertidumbre actual.

¿Qué hacemos con la incertidumbre?

Ante la reestructuración que sufre la vida publica (los empleos, escuelas, empresas, dependencias de gobierno, restaurantes, cafés, etc.) creo que es importante tener mucha claridad, esta la podemos obtener de información legítima que permita conocer el panorama. Pero también considero importante cuidar el exceso de información y las fuentes de las mismas, para no caer en estados de ansiedad con información incorrecta o dislocada, así es posible pensar en otra cosa, hacer una vida por fuera de actualizaciones del mapa de infectados, por mencionar un ejemplo. Además, creo que es necesario cuidar y procurar nuestros lazos con los otros, mantenernos cerca de nuestra familia, amigos, parejas, compañeros…estos lazos aportan afectos importantes, siempre y cuando sea lazos por deseo y satisfacción, pues estas relaciones nos permiten pensar y re-prensar lo que sucede desde otra mirada.

Otro elemento a pensar es la angustia que surge por la incertidumbre. La angustia, es un afecto que aparece cuando nos encontramos ante un peligro posible, se vive con sufrimiento y atrapa a la persona en un laberinto sin salida donde constantemente se topa con el mismo sentimiento. Este afecto se caracteriza por

Foto por Dayne Topkin en Unsplash

un temor al que no se le encuentran palabras para definir, se teme algo pero no se sabe que es con claridad. Y para ir abriendo puertas al laberinto de la angustia contamos con la palabra.

La palabra es fundamental para ir tejiendo los sentimientos y pensamientos, permite poner a la vista lo que nos sucede, tanto para desarmar estos momentos inciertos, como para dar claridad a nuestra situación y para dar un cause a los afectos que nos causan dolor.

La angustia aunque causa sufrimiento, tiene la cualidad de mostrar que algo pasa, algo que debe ser atendido, algo que debe ser escuchado. Por esto es importante, sobre todos los que trabajamos desde espacios Psi (psicología, psicoanálisis, psiquiatría), reconocer la angustia, darle espacio y voz para pasar a otra cosa.

Ante esto, es importante señalar: si se siente una angustia desbordada, si hay una ansiedad incontenible y una serie de sentimientos que nos provocan dolor o malestar, buscar uno de estos espacios, ya que pueden brindar una escucha propicia para estos momentos. Pero también es necesario mantener un diálogo cercanos con nuestros seres queridos, aquellos que brinden una escucha cariñosa a nuestros dolores, nuestras ansiedades y angustias, pues de esta relación con los otros también nos transformamos y encontramos otras formas de estar y ser. Estos elementos tienen la posibilidad de crear un cuidado a nosotros mismos, a nuestro sentir y pensar, que a partir de los cambios que transitamos, se encuentran a la deriva.

Y finalmente, una de las sugerencias más importantes es apostar por aquellas cosas que nos generen placer y felicidad,lo que nos hace sentir bien y que nos permitan caminar por los senderos que añoramos; desde las cosas más pequeñas de la vida cotidiana hasta aquellas cosas a las que imprimimos más esfuerzo. Hay que señalar, como explica Freud, que en la vida hay dos tipos de vivencias, las de dolor y las de satisfacción, ambas tienen la cualidad de resonar en nuestra vida por mucho tiempo, ambas tocan otras experiencias y les imprimen su cualidad, pero la experiencia de satisfacción es aquella que nos permite apostar por la vida.

Así, recordemos que la incertidumbre es capaz de tomarse para darle forma, hacer valer la herramienta de la palabra, el vínculo con otros y la reflexión para formar con ella otro orden, otra organización que pueda, tal vez, seguir el compás de la satisfacción.

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Referencias

Amigo, S. (2017). Conferencia, Angustias: ¿porqué es un recurso eficaz del sujeto?. Recuperado de HerramientasPsi.

Freud, S. (1950/1996). Proyecto de psicología, Vol. 1. Amorrortu Editores: Argentina.

Puget, J. (s.f.). Qué difícil es pensar, incertidumbre y perplejidad.

Sztajnszrajber, D. (2020). El tiempo como oportunidad. Recuperado de Página 12.

Ubieto, J. R. (2015). Psicoanálisis de la crisis. Recuperado de la Vanguardia

2 Comments

  • Style Gent
    4 años ago Reply

    Psicologia Clinica, que me pone en constante contacto con las emociones de las personas, y tambien desde mi propia experiencia personal, he de decir que una de las emociones que considero mas dificiles de manejar es la incertidumbre, el miedo al futuro, el temor a que sucedera proximamente.

  • Anel Garza
    4 años ago Reply

    Coincido contigo, es una de las emociones más complicadas de manejar y también la más constante…sin embargo, creo que es importante distinguir entre aquello que genera incertidumbre por una situación particular (evento traumático, contexto adverso, etc.) y la incertidumbre generada por la vida en sí misma. Aún que las dos implican un trabajo de asumir una posición ante lo que nos sucede, la segunda además implica entender que la vida conlleva incertidumbre, habría que saber que esa parte está fuera de nuestro control. Gracias por tu comentario!

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